Confiamos en el arte como medio transformador y de cura, como herramienta para unir las tres C, cuerpo-corazón-cerebro. Trabajamos para que el individuo adquiera conciencia para la aplicación, armonía y uso de las tres C.
Abogamos, de forma innovadora, por formar a personas en sus más amplios perfiles y aunar las artes expresivas, el movimiento, la danza y la educación para cualquiera que sea su fin tanto profesional como personal.
Se enfoca en desarrollar un concepto de completud desde lo individual y lo grupal (tratando a cada grupo y cada individuo como único y genuino) fomentando la presencia, la seguridad y la disponibilidad para el fluir de las emociones, acercarnos a la esencia de cada persona; y es a través del arte (en cualquiera de las disciplinas) que se accede a la realidad de nuestras vida y es el arte el encargado de encauzar nuestra vida hacia el bienestar.
El método Lavan interconecta el cuerpo y su movimiento desde la sabiduría y la fuerza creativa; en el cuerpo y las células está la memoria impregnada desde que estamos en el útero materno y es el movimiento que nos libera de la carga acumulada y las tensiones del cuerpo innecesarias que restan vitalidad y suman resistencias. El cuerpo lo entendemos como un contenedor de historias de nuestra vida y de vidas que nos han precedido y que, de distintos modos, patrones, movimientos, gestos… nos siguen acompañando, a veces de forma constructiva a veces limitantes, desde nuestro labor, hacemos un mapeo por lo limitante permitiendo darle una expresión artística y/o verbal para que pueda ser liberado y acceder a nuestra auténtica esencia.
Cada uno de nuestros estudiantes adquiere una conciencia corporal y anatómica desde un plano micro (cada una de las partes que forma nuestro cuerpo: piel, tejidos, huesos, musculatura, expresión…) y un plano macro (¿Qué expresa nuestro cuerpo? ¿Qué mensaje emite al mundo? ¿Qué miedos e inseguridades retiene?). Complementariamente utilizamos la metáfora como recurso de conocimiento y extensión de nuestra propia visión, abriéndonos a una mirada hasta el momento no contemplada.
El trabajo con la escritura creativa en forma de diario desde el inicio del proceso (bien sea individual o grupal, cualquiera de las formaciones que se postule) ayuda a tener un relato desde el inicio hasta el final donde poder recurrir para mirar con perspectiva el proceso y la evolución.
Desarrollo de la escucha y respuesta activa del alumno/a, así como de otros factores importantes a la hora de interactuar socialmente. Aprendiendo a elaborar devoluciones desde planos completos del ser humano (veo, siento, imagino, escucho, me llega etc) así como la utilización del silencio para acompañarnos en la comunicación, antes o después de una frase. Incluir esta perspectiva ayuda a tener una visión en la resolución de conflictos, el manejo de las habilidades sociales y la comunicación en general.
El cuerpo entendido como el instrumento que todos poseemos, con mayor o menor necesidad se ha de afinar, mimar, contemplar y despojar de la culpa, miedos, inseguridades que carga innecesaria y que habitan en él. Herramienta por la que accedemos a nuestro conocimiento no solo personal sino social. El cuerpo como revelador de las emociones, de la personalidad y de la propia historia ayudándose de la corporalidad que bien en reposo o movimiento reconoce las partes del cuerpo y la relación con el espacio y los objetos que nos rodean.
A través del movimiento se generan cambios no solo físicos sino que involucran a nuestro cuerpo interno y se interconecta lo físico y psíquico, produciéndose el cambio de los no del cuerpo: no puedo, no me atrevo, no sirvo… por si puedo, atrevo, sirvo. Cuando bailamos lo hacemos desde los elementos de la danza (movimiento, expresión corporal, estilo, espacio y ritmo) y a su vez desde los elementos principales de la música (melodía, armonía y ritmo) así como bailamos desde el sentimiento (el miedo, la rabia, la angustia, el amor…) cada uno de estos estados son personajes que habitan en el interior de cada persona y luchan por encontrar la manera de expresarse para poder salir.
Se desarrollarán procesos de entrenamiento e investigación escénica, aportando técnicas, ejercicios y herramientas con la intención de que bajo una investigación y documentación previa ser capaces de crear y componer piezas escénicas de contenido biográfico y/o social o tema que se proponga a nivel colectivo. La consciencia bajo estos parámetros te hará tomar claridad en la toma de decisiones, libera la creatividad, encamina la creación, asienta las bases del trabajo creativo y dota de independencia. Te enfrenta a procesos creativos y directrices externas ofreciendo resultados de trabajos insólitos y genuinos.
Se propone de inicio un“estar” desde un lugar relajado, sereno, atento y presente desde la conexión de la respiración y para acceder a la expresión del sonido y de la voz, apoyándose del movimiento y pensamiento sutil. Desde frecuencias agudas a las mas lentas se hará un recorrido por los diferentes registros que habitan en nuestro cuerpo, pudiendo así integrar la voz a nuestra mente, cuerpo y espíritu. Expresarse desde un cuerpo abierto, relajado, consciente y presente nos facilita la conexión para crear personajes, entrar en dinámicas donde desarrollar la fantasía y juego así como una corporalidad y proyección de la voz con convicción y seguridad.
La práctica de colocar pigmento en el papel, utilizar crayolas, coger un pincel fino o uno grueso, elegir el tipo de material, tocar barro o elegir imágenes nos conecta directamente con formas y sensaciones que unen mundo interno y externo. El dibujo y la pintura contiene la memoria de movimientos y recuerdos que el paso del tiempo parece haber desvanecido. ¿Cuales son las formas, texturas, símbolos de nuestra imaginación? ¿Qué mensajes hay implícitos cuando proyecto mi sentimientos, mi frustración, mis deseos ocultos en un lienzo? A través de una conexión durante la creación de la obra y un análisis de los resultados se da una introspección y conexión con la problemática que hasta el momento estaba sin aflorar.
Una vez que encontramos la forma y el volumen de nuestras palabras, de pronto somos los narradores, poetas, escritores de nuestras propias historias individuales y colectivas. Es un proceso imprescindible en el encuentro con uno mismo y con todos los personajes que nos habitan, darles voz, palabra, pronunciarlas, escribirlas ayudan a tomar conciencia usándose de puente para expresar todo el mundo interno. ¿Qué decimos? ¿Cómo lo decimos? ¿Qué entonación utilizamos? ¿Qué ocurre en mi cuerpo cuando hablo? Y muchas mas cuestiones se nos revelan cuando trabajamos con la escritura y la palabra.
Es el modo de ser visto a ojos de otro y a la vez, a medida que te pones el la piel de otros personajes vas abandonando tu propia manera de ser y dando vida a otros personajes. Independientemente de las características que nos acompaña a cada persona (timido, discreto, juicioso…) cuando un personaje es valiente sale nuestro personaje mas valiente al escenario sorprendiéndonos de lo que puede llegar a defender. Gracias a la empatía que se desarrolla, tras ponernos y vivir la situación de otros personajes ganamos seguridad, confianza y comprensión frente a múltiples situaciones. Nos ayuda a descubrir facetas y personajes desconocidos. Nos formulamos la pregunta no desde como es Julietta o Machbeth sino que hay de Julietta o machbeth en mí.
Se desarrolla directamente la capacidad de contar historias desde una palabra, idea, acción o situación dada con una, dos o varias personas. Se aprende a jugar de forma intensa, espontánea pero no por eso menos seria. No hay situación que mas en el presente se esté que improvisando, si se tiene otro pensamiento es porque no está en el “aquí y ahora”, lo cual nos facilita conectar verdaderamente con lo que acontece y dejamos a un lado los juicios y dejando aflorar toda nuestra creatividad y espontaneidad. Nos da la herramienta del todo es “posible”, los errores se convierten en posibilidades y el momento cobra verdadera importancia dejando a un lado el resultado final.
Es el espacio final destinado a compartir voluntariamente lo ocurrido, lo que acontece y dejamos fluir durante la sesión, lo que nos ha sorprendido, confundido, descubierto, entendiendo. Es el momento que, individualemente se comparte al grupo lo que te llevas para reflexionar, lo que te ha emergido, cómo has ido resignificando situaciones, cómo has podido encontrar lo familiar en lo desconocido y lo desconocido en lo familiar. Destinado a poder cerrar procesos y dar forma de cierre a la sesión con la intención de poder expresar todo lo que se pudiera haber quedado en el aire.